sábado, 28 de noviembre de 2009

Errores del libro “El último confín de la Tierra” escrito por Lucas Bridges



Al iniciar la publicación de esta traducción, manifesté que lo hacía porque quería corregir varias confusiones relacionadas con los pueblos originarios a los que pertenecieron los cuatro fueguinos que Fitz-Roy llevó a Inglaterra y sobre el descubrimiento del canal Beagle.
Todo investigador o escritor que desee interiorizarse sobre los pueblos canoeros que habitaron nuestros canales patagónicos y fueguinos tiene que comenzar leyendo el libro de Lucas Bridges, “El último confín de la Tierra”, publicado en 1948 en la versión inglesa y en 1951 en castellano.
En ese libro autobiográfico, Bridges relata en forma amena su vida en Tierra del Fuego, pero aunque en el prólogo a la edición inglesa dice: “muchos de los detalles están tomados directamente del diario de mi padre”, y también hace referencia textual al Diario de Viaje del comandante George Anson (1741) nada dice respecto a los antecedentes que tuvo para escribir el primer capítulo del libro y que se refieren a: “El Beagle visita la Tierra del Fuego, Jimmy Button, York Minster y Fuegia Basket realizan un viaje a Inglaterra. Richard Matthews desembarca en Wulaia. Fracasa en su obra y regresa en el Beagle. Algunas observaciones sobre el canibalismo”.
Con toda seguridad ese primer capítulo del libro ha sido la fuente primaria de muchos de los que alguna vez se interesaron por los indígenas fueguinos que vivían en los canales australes, y en la historia de Jimmy Button en particular. Afortunadamente hace poco, gracias a Internet, hemos tenido acceso a los tres volúmenes editados por Fitz-Roy en 1839, autorizado por el comandante Parker King, que relatan los viajes de los buques de su Majestad Británica “Adventure” y “Beagle”, realizados entre los años 1826 y 1836, que narran las investigaciones y los trabajos hidrográficos efectuados en las costas meridionales de Sud América y la circunnavegación del globo por el “Beagle”. De la lectura de estos libros saltan a la vista de inmediato los errores que ese primer capítulo de “El último confín de la Tierra” contiene y que trataré de explicar:

BRIDGES escribió: En 1826, ochenta y cinco años después del viaje de Anson a la Tierra del Fuego, el barco de Su Majestad Británica “Beagle”, de 200 toneladas de carga, bajo el mando del capitán (más adelante vicealmirante) Roberto Fitzroy, fue enviado por el Almirantazgo junto con otros tres buques, a estudiar el mar del Sur y en particular a trazar un mapa hidrográfico de las intrincadas y poco conocidas costas meridionales de la América del Sur.
FITZ-ROY escribió: En 1825 el Almirantazgo británico ordenó que dos naves fueran preparadas para inspeccionar las costas meridionales de Sud América. En mayo de 1826 el “Adeventure” y el “Beagle” estuvieron listos para cumplir la comisión. El capitán de navío Phillip Parker King era el comandante del “Adventure” y comandante en jefe de la expedición y el comandante Pringles Stokes comandante del “Beagle”. En diciembre de 1827 el Almirantazgo autorizó al comandante Parker King que comprara una embarcación para los trabajos de la expedición. En Montevideo adquirió una goleta a la que bautizó como “Adelaide”.
COMENTARIO: Increible confusión por parte de Bridges del número de naves y del mando del “Beagle”. El teniente Robert Fitz-Roy tomó el mando del “Beagle” en diciembre de 1828 por fallecimiento del comandante Stokes.

BRIDGES escribió: En cierta ocasión durante esos años, el “Beagle” ancló en una bahía abierta... y enviaron cuatro botes en dirección Norte para explorar lo que aparentaba ser una bahía circundada por el Oeste por un grupo de motañas.
Pasaron varios días y el capitán Fitzroy aguardaba intranquilo el regreso de los botes cuando estos fueron avistados por el Sudoeste. Lo que ellos habían supuesto una bahía resultó ser un magnífico canal cuyo ancho variaba entre tres y seis kilómetros y que corría paralelo al estrecho de Magallanes entre una hilera de montañas orientadas de Este a Oeste. Habían navegado por este canal hacia el Oeste y después de haber recorrido alrededor de cuarenta millas, al observar la corriente, creyeron que el canal, que corría entre ventisqueros montañosos, estaba bloqueado completamente...
Se disponían ya a regresar, cuando divisaron un angosto y profundo desfiladero por donde se podía llegar al océano Sur, y así alcanzar el barco en Goree Roads atravesando la bahía Nassau. Dieron el nombre de Beagle al canal descubierto y llamaron desfiladero de Murray al pasaje en homenaje al teniente Murray, que estaba al mando de los botes de la expedición.
FITZ-ROY escribió: 5 y 6 (abril 1830) El oficial de navegación se dirigió hacia la parte superior de bahía Nassau, y el Sr. Stokes partió en dirección opuesta...
14 (abril) El oficial de navegación regresó y me sorprendió con la información que había pasado a través y mucho más allá de bahía Nassau. Había ido muy poco hacia el norte, pero una larga distancia hacia el este, habiendo pasado por un canalizo estrecho, de alrededor de un tercio de milla de ancho, que lo llevó a un canal recto, de aproximadamente dos millas o más de ancho y que se extendía casi de este a oeste, hasta donde alcanzaba la vista. Hacia el oeste del canalizo por el cual entró, había una abertura hacia el noroeste, pero como sus órdenes especificaban dirigirse al norte y al este, siguió la rama oriental del canal, buscando una abertura en cualquiera de los dos lados, sin encontrarla...
15 (abril) El Sr. Stokes regresó, después de haber recorrido un largo camino hacia el norte y el oeste, sin encontrar un paso hacia el seno Año Nuevo. Su reconocimiento, unido al del Sr. Murray, casi completaban la parte norte y oeste de bahía Nassau, y sólo nos quedaba la parte este por explorar. Nuestro fondeadero, llamado bahía Orange, es excelente, y uno de los pocos en esta costa apto para una escuadra de naves de línea...
COMENTARIO: Es increible cómo Bridges cambió totalmente la historia del descubrimiento del canal Beagle. ¿Por qué esta falta de acuciosidad? Solo él lo sabe.
El oficial de navegación, el Sr. Murray, salió en su embarcación estando el “Beagle” fondeado en bahía Orange, aún les faltaba un largo mes para arribar a isla Lennox. El canal lo recorrió inicialmente de oeste a este y regresó a su buque por la misma ruta.
El descubrimiento del paso Murray y del canal Beagle ocurrieron durante el primer viaje del “Beagle” a Tierra del Fuego. Bridges mezcla echos del primer viaje del “Beagle” a Tierra del Fuego (1830) con los del segundo viaje (1833).

BRIDGES escribió: El “Beagle” prosiguió su navegación hacia otros rumbos, pero antes de regresar a Inglaterra volvió a surcar aguas fueguinas, esta vez más hacia el Oeste.
Se decidió hacer otro corto viaje de exploración; algunos hombres de la tripulación fueron enviados en un bote ballenero, pero perdieron, no se sabe cómo, su embarcación y regresaron en una especie de balsa.
Culparon a los indígenas de aquella pérdida. Hay motivos para dudar de la veracidad de este relato, pero Fitz-Roy parece haber creído en él, quizá porque le agradara haber hallado, en favor de los tripulantes, una excusa para llevar a bordo como rehenes, a cuatro fueguinos que casualmente se encontraban allí...
Estos jóvenes yaganes que vivieron ...
FITZ-ROY escribió: En febrero pasado (1830), estando el "Beagle" fondeado en 'puerto Townshend', en la costa sur-oeste de Tierra del Fuego, envié al Sr. Matthew Murray (Oficial de navegación), con seis hombres, en una ballenera, al cabo Desolación, la parte saliente de una pequeña, pero alta y escarpada isla, separada del continente, y distante doce millas de puerto Townshend.
"El Sr. Murray llegó al lugar, y aseguró su grupo y su embarcación en una ensenada cercana al cabo, pero durante una noche muy oscura, algunos fueguinos, cuya vecindad no se había sospechado, se aproximaron con la hábil y peculiar astucia propia de estos salvajes y robaron el bote.
“Esto les privó del medio para regresar al "Beagle", e incapacitado de darnos a conocer su situación, el Sr. Murray y su gente construyeron una especie de canoa, o más bien canasto, con ramas de los árboles y parte de la lona de su carpa, y en este aparato tres hombres regresaron al "Beagle", por sus indicaciones, aunque, también favorecidos por el único buen día que ocurrió durante las tres semanas que pasó el "Beagle" en puerto Townshend, este canasto se demoró veinte horas en la travesía.
"Inmediatamente se le proporcionó ayuda al oficial de navegación y a los otros hombres, y comenzamos la persecución de nuestro bote perdido, la que duró muchos días, pero que no tuvo éxito en su objetivo, si bien muchas partes del aparejo del bote fueron encontradas, y las mujeres y niños de las familias de quienes estos fueron recuperados, fueron llevadas a bordo como rehenes. Los hombres, exceptuando a uno de ellos, escaparon de nosotros, o estaban ausentes en nuestra embarcación desaparecida.
"A fines de febrero, el "Beagle" fondeó en el seno Christmas, pero antes de ese momento todos nuestros prisioneros habían escapado, excepto tres niñas pequeñas, dos de las cuales devolvimos a su propia tribu, cerca del "seno Ballenero", y la otra está ahora a bordo.
De la primera canoa que vimos en seno Christmas, un hombre fue tomado como rehén para la recuperación de nuestro bote y para que se convirtiera en nuestro intérprete y guía. Él vino con nosotros con poca reticencia, y parecía indiferente.
"Pocos días después, huellas de nuestro bote fueron encontradas en algunas chozas en una isla en seno Christmas, y de las familias que habitaban esas chozas, tomé otro joven, con el mismo propósito mencionado anteriormente. Ninguna información útil respecto a nuestra perdida embarcación, sin embargo, obtuvimos de ellos, antes que fuéramos obligados a dejar esa costa, y ellos quedaron como presas de sus compañeros.
Después, estando en bahía Nassau, nuestros cautivos nos informaron que los nativos de esa parte de la costa, y todos los del este, eran sus enemigos, y que hablaban un idioma distinto. Esta información fue extremadamente decepcionante, y me hizo desear persuadir que uno de la tribu del este subiera a bordo y se quedara con nosotros; pero luego no tuve esperanzas de conseguirlo, por lo que renuncié a la idea; sin embargo, algún tiempo después, sin querer encontramos tres canoas, cuando estaba lejos en mi bote explorando el canal Beagle, convencí a sus ocupantes que uno del grupo, un muchacho robusto, pasara a mi bote, en cambio yo les dí cuentas, botones y otras naderías. Si ellos deseaban que se quedara con nosotros permanentemente, no lo sé; pero ellos parecieron satisfechos con el singular trato, y remaron de nuevo hacia la ensenada desde la cual se habían aproximado a mi embarcación. Proseguimos a lo largo de la costa, acompañados por otras canoas que habían estado tratando de trocar con nosotros cada vez que que nos deteníamos; pero al atardecer dejaron de seguirnos, y nosotros pudimos ir a tierra.
"Cuando íbamos a dejar la costa fueguina, decidí mantener a estos cuatro nativos a bordo, porque parecían estar muy alegres y contentos con su situación, y pensé que muchos buenos resultados podrían ser la consecuencia de vivir un corto período de tiempo en Inglaterra. Han vivido, y se han vestido como marineros, y están ahora, y han estado siempre, en excelente estado de salud y muy felices. Comprenden por qué fueron tomados, y miran hacia adelante con satisfacción poder ver nuestro país, así como también regresar al propio.
COMENTARIO: El “Beagle” venía efectuando el levantamiento de los canales fueguinos desde el cabo Pilar hacia bahía Nassau navegando de oeste a este. Comenzó en el cabo Pilar el 25 de noviembre de 1829 y llegó a bahía Nassau en abril de 1830. Durante este largo período de tiempo ocurrió el incidente del robo del bote, y nada hace presumir que no fuera como lo describe Fitz-Roy.
Los tres fueguinos embarcados inicialmente pertenecían a la tribu del oeste, los que después fueron llamados kawésqar y Jimmy Button pertenecía a la tribu del oeste, despúes llamados yaganes. Kawésqar y Yaganes hablaban distinto idioma y construían sus chozas de distinta manera.










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