martes, 1 de septiembre de 2009

Volumen I Capítulo XXII (Marzo a mayo 1830) Páginas 417 a 437




El Sr. Murray regresa - Vamos al seno Año Nuevo - Vemos las islas Diego Ramírez desde la isla Henderson - Ensenada India - Simpiesómetro - Regreso a seno Christmas - Zarpe del "Beagle" - Paso por las islas Ildefonso y Diego Ramírez - Fondea en bahía Nassau - Bahía Orange - Yapoos - El Sr. Murray descubre el canal Beagle - Muchos nativos - Guanacos - Compases afectados - Cabo de Hornos - Muestras - Chanticleer - Error acerca de la bahía San Francisco - El clima en las islas Diego Ramírez - Ensenada San Joaquín - Islas Barnevelt - Islas Evout - Puerto Lennox

"14.- Esta mañana regresó el oficial de navegación, habiendo tenido éxito en levantar la costa lo suficientemente lejos para unirla con nuestro trabajo anterior, aunque el tiempo había sido muy desfavorable. Encontró muchos fueguinos, la mayoría de los cuales estaban armados con hondas, lanzas y armas blancas hechas con pedazos de ganchos de fierro amarrados a un palo. Fueron muy molestosos, especialmente por la noche, lo que los obligó mantenerlos a distancia. Su respeto por los mosquetes no eran tan grande como podría haberse esperado, y a no ser que lo vieran bastante cerca, y apuntándole directamente, no les importaba. La tripulación les compró algunos pescados, por botones y otras bagatelas. Entre cuarenta y cincuenta hombres, además de las mujeres niños, fueron vistas en un solo lugar, y muchos fueron encontrados en todas partes.
"El Sr. Murray penetró hasta cerca de la base de las montañas cubiertas de nieve, que se extienden hacia el este en una cadena ininterrumpida, y determinó que hay canalizos que van desde el seno Christmas a la gran bahía donde fue robada la ballenera, y que corren cerca del pie de las montañas. También vio un canal que se dirigía hacia el este más lejos de lo que alcanzaba la vista, cuyo ancho medio parecía ser de cerca de una milla. Dejó los dos niños a cargo de una anciana que encontraron en la parte más occidental a la que llegó el grupo, esta pareció conocerlos muy bien y estar muy contenta de que los hubiesen puesto a su cuidado.
"15.- Lloviendo y soplando, como de costumbre, podría decir. Cuando mejoró dejé el "Beagle", y partí en un bote con el Sr. Wilson (Oficial), llevando provisiones para una quincena, aunque esperaba estar nuevamente a bordo en menos de diez días, momento en que nuestra nueva embarcación debería estar terminada, y tanto el Sr. Stokes, como el Sr. Murray deberían haber terminado su último trabajo. Mi objetivo era ir hacia el este, hacia el seno India y bahía Nassau, pero el tiempo pronto detuvo nuestro avance y nos obligó entrar a una pequeña ensenada en el lado oeste de punta Nativity, donde esperábamos quedar protegidos del viento en aumento, aunque no de la lluvia, que caía a torrentes. La ensenada resultó muy expuesta, pero nos quedamos ahí hasta el amanecer de la mañana siguiente, cuando zarpamos rodeando la punta hacia el este, bastante contentos, porque habíamos estado en un mal fondeadero durante la noche, expuesto al viento y la lluvia, además del oleaje. Navegamos a lo largo de la costa con un viento moderado del oeste, nos detuvimos un tiempo cerca del cabo Rolle, la punta de tierra cercana a la isla Hope en la carta de Weddell y en la tarde entramos en algunas aberturas entre las islas adyacentes.
"17.- Con la luz del día nos pusimos en marcha otra vez, navegando a lo largo de la costa con un viento regular del oeste, cruzamos la boca de una bahía que parecía ofrecer protección, pero no nos atrasamos en mirarla más de cerca. Poco después del mediodía pasamos el cerro Leading de la carta de Weddell, que es un cerro muy singular por su cima con dos picos, visible desde larga distancia y notable desde todo punto de vista. Entre él y la punta Negra (una roca escarpada saliente) se encuentra una bahía o seno, que parece extenderse una cierta distancia hacia el norte. Esta parte de la costa es mala para que las naves se acerquen a ella, pues es muy quebrada, y tiene varios islotes rocosos dispersos cercanos a ella; pero a dos millas de la costa no hay peligros. Habiendo encontrado una ensenada segura cerca del cerro Leading, desembarcamos, y los hombres levantaron nuestra carpa, mientras el Sr. Wilson y yo subíamos la altura para mirar alrededor. El viento pronto arreció a temporal, lo que nos hizo alegrarnos de haber llegado a un lugar protegido
18.- Perdimos el día completo, porque sopló un temporal fuerte con lluvia continua. Recogimos lapas y choros, cortamos leña y secamos nuestra ropa al fuego por un lado, mientras el otro se mojaba, estas fueron nuestras únicas ocupaciones.
"19.- Todavía tenemos viento fuerte, pero menos lluvia. Entre los chubascos obtuve unas pocas observaciones del sol, para la hora, y al mediodía una serie aceptablemente buena para la latitud. Como el tiempo estaba mejor, y probablemente mejoraría aún más, crucé en bote hasta el cerro Leading y desde su cumbre tomé los ángulos necesarios. Estaba muy frío y ventoso, pero hicimos todo lo que era necesario.
"20.- Nos marchamos muy temprano y navegamos a través de bahía Duff, hacia la isla Henderson, con un tolerable viento regular desde tierra; y como mi objetivo era obtener una buena vista y una serie de ángulos desde la cima de un cerro en esa isla, pasé la isla Morton y la ensenada Blunder sin detenernos, llegando al extremo norte de la isla Henderson lo suficientemente pronto para efectuar unas observaciones para la hora. Desde ese lugar nos dirigimos a una ensenada que estaba a corta distancia, donde el bote podría permanecer durante mi ausencia en el cerro, observé la latitud y luego subí. Antes de que estuviéramos en la mitad del camino de subida, vino un chubasco del SO que aumentó rápidamente, pero como ya habíamos subido bastante, no estuve dispuesto a dar marcha atrás, así que seguimos adelante y llegamos a la cumbre; sin embargo, ahí no pude usar el teodolito, por causa del viento. Hacia el este pude ver hasta mucha distancia, hasta las lejanas islas Hermite, pero hacia el oeste la vista estaba obscurecida por la neblina; así que dejé los instrumentos, me apresuré en bajar hacia el bote el que encontré seguro, aunque había estado en grave peligro. A esta hora el viento había moderado, y antes que obscureciera medimos la distancia entre las estaciones de la mañana y la del mediodía, la de esta última y la cumbre del cerro ya la había medido, cuando estuve en la punta, con un micrómetro. Pasamos por el extremo norte de la isla, y ya de noche buscamos en el lado este un lugar para descansar, el que después de algún tiempo encontramos.
"21.- Un día despejado y claro me permitió hacer las observaciones necesarias, y luego subir al cerro y tener éxito en la obtención de una clara visión de las islas Diego Ramírez. Como este cerro está a una distancia entre cincuenta y sesenta millas de ellas, me sentí seguro de tener un buen cruce de demarcaciones desde el extremo sur de las islas Hermite, distante de ellas, como pensaba entonces, sólo unas cuarenta y por lo tanto establecer su posición.
"El seno Año Nuevo parece ser un gran cuerpo de agua que se extiende hacia el noroeste, con una multitud de islas dispersas en él. Desde su lado este la tierra tiende a dirigirse hacia un punto que es curiosamente puntiagudo, como un cuerno, y que debería ser el punto occidental de bahía Nassau (Falso cabo de Hornos o cabo Falso)
"22.- Apenas habíamos salido de nuestra ensenada, cuando recibimos una lluvia constante, sin embargo, cruzamos hacia el seno Año Nuevo, a veces favorecidos por el viento, pero poco podíamos hacer. Por lo que había visto el día anterior, la cadena de montañas nevadas continuaba hacia el este, por lo tanto tenía pocas esperanzas de encontrar un cuerpo de agua en el interior de Tierra del Fuego, cercano a la parte superior de bahía Nassau. Aproximadamente al mediodía nos encontrábamos cerca de bahía India de la carta de Wedell, pero como el tiempo estaba brumoso no la reconocí, por lo que continuamos subiendo por el seno con un viento regular del OSO. Pronto me di cuenta que este iba hacia el norte y el oeste y probablemente comunicaba con alguno de los canales que el Sr. Murray vio que se dirigían hacia el este desde la vecindad del seno Christmas. Hacia el norte y el este ya había visto una larga cadena de montañas. Concluyendo por lo tanto de lo observado ahora, y de lo visto desde las alturas, que no había un canal que comunicara este seno con el seno Christmas, y que para regresar al "Beagle" tenía que hacer parte del camino por la costa, o bien dar la vuelta, por una infinidad de pasos complicados, hasta los lugares que el Sr. Murray había visto con el cúter. Preferí la costa, pues un segundo vistazo sería provechoso, mientras que una travesía entre las islas no sería muy beneficioso.
"Cambiamos de rumbo, y bajamos por el seno, el viento todavía nos permitía navegar rápido. Nos acercamos a la costa occidental en búsqueda de ensenada India, y como el tiempo había despejado, la encontramos sin dificultad. No es un lugar tan bueno como yo esperaba, excepto la parte más interna cercana a una corriente de agua, encontré sólo fondo rocoso. Las pocas muestras de buen fondo estaban tan cerca de la orilla que el lugar sólo puede ser considerado apto para un cúter o embarcaciones pequeñas que se pueden amarrar muy cerca de tierra. Esta ensenada está, en mi opinión, demasiado tierra adentro para ser de uso general, y fondear en la isla Morton sería mucho más preferible para un buque recalando desde el mar. Encontramos un barril norteamericano vacío, aparentemente dejado esta temporada; en una altura cerca de la ensenada había un montón de piedras que no tuvimos tiempo de examinar y mucha leña que parecía haber sido cortada recientemente por la tripulación de algún barco. Vimos varias chozas, pero no indios. Esa noche nos detuvimos cerca del punto SO del seno, al lado de la isla Golddust.
"23.- Después de examinar la ensenada en la que pasamos la noche y hacer observaciones, cruzamos bahía Duff hacia el cerro Leading. Me habría gustado haber examinado más una prometedora bahía del lado este de la isla Morton, donde pensé que había un buen fondeadero, pero no me lo permitió el tiempo, porque era probable que nos atrasásemos en nuestro viaje de regreso a lo largo de esta costa expuesta a los vientos predominantes. Existe una marea considerable entre la isla Morton y el lugar cercano a la isla Golddust. El flujo viene desde el oeste, cerca de un nudo, a veces dos nudos. Con el reflujo el agua casi no se mueve, o quizás hay una leve tendencia hacia el oeste, y así parece ser a lo largo de toda esta costa, desde el seno Christmas. Llegamos a cerro Leading a última hora de la tarde, aunque el viento había aumentado mucho y soplaba directamente contra nosotros. En la noche sopló un temporal desde el oeste
"24.- Un fuerte temporal nos impidió movernos, o hacer cualquier uso beneficioso de nuestro tiempo.
"25.- Todavía soplaba el temporal, pero pensé que podríamos bogar hasta la próxima bahía, y allí hacer algo bueno para el levantamiento de la bahía, si bien no podríamos ir más lejos por unos días. Por la temporada, el estado del simpiesómetro, y el aspecto del tiempo, no esperaba ningún cambio favorable hasta finales del mes. El simpiesómetro era mi compañero constante; lo prefería al barómetro, por ser más portátil y rápido en sus movimientos. Con gran esfuerzo por parte de los hombres, ya que requirió cinco horas de duro bogar, pasamos una saliente y llegamos a la próxima bahía, una distancia de solo cuatro millas. Llovió gran parte del tiempo, y en la tarde cayó constantemente, pero logramos encontrar un lugar protegido para nuestro alojamiento, y pronto nos pusimos en una condición un tanto mejor que la difícil situación en que habíamos estado durante la mayor parte del día, los hombres habían estado constantemente empapados, y sus manos muy entumecidas por el frío y la humedad. Me decepcionó este lugar, sondamos varias ensenadas sin encontrar fondo con una línea de veinticinco brazas y no pude encontrar un fondeadero sin tener que ir más adentro del estuario como lo haría cualquier nave que viniera del mar en búsqueda de un refugio temporal.
"26.- Un temporal fuerte nos impidió salir, pero con la esperanza de que podría haber un paso interior me puse a buscarlo. Habiendo bogado y navegado a vela cerca de seis millas dentro del estuario, llegamos a su término y regresamos a nuestro campamento. Allí parecía haber un canal entre bahía Duff que no había visto previamente, que nos habría ahorrado algo de tiempo y problemas si hubiésemos sabido de su existencia.
"27.- El temporal continuó con más o menos violencia, y durante la mayor parte del día estuvimos ocupados en la recolección de lapas y choros, como un stock de alimentos para el caso que fuésemos detenidos por más tiempo de lo que duraran nuestras provisiones. Cazarlos con tiros no tuvo éxito, porque las aves marinas eran muy salvajes y escasas. Lamenté que no hubiese un puerto en el estuario el que podríamos haber levantado durante nuestra permanencia. Cada ensenada que encontramos tenía aguas muy profundas, y con un fondo tan rocoso que tuvimos problemas para asegurar incluso nuestra pequeña embarcación, este continuo temporal levantó mucho oleaje que nos mantuvo en alerta durante la noche para cambiar de sitio con tanta frecuencia como cambiaba el viento.
"28.- Este día, y la noche anterior, el viento fue sumamente violento, del NO al SO, pero generalmente más al sur del oeste. Bogando a través de la ensenada para recoger lapas, los chubascos a veces hacían que los remos se soltaran de las manos de los hombres, arrojándolos sobre o lejos del bote. Mucha lluvia cayó durante la mayoría de las noches, pero después que salía el sol normalmente cesaba, a veces sin embargo la lluvia caía tanto de día como de noche.
"Aquí vi muchas focas enseñándole a nadar a sus crías. Era curioso ver a las focas adultas sosteniendo a la cría por su aleta, como si la dejara respirar y descansar, y luego empujándola dentro del agua profunda para que se moviera por si sola.
"29.- Esta mañana, con mejor tiempo, zarpamos muy temprano con la esperanza de sobrepasar la punta Negra; el viento moderado prometía mejorar, pero, cuando salió el sol, aumentó de nuevo. Sin embargo, nos esforzamos por cerca de seis horas, durante cuatro de ellas tuve dudas que tuviésemos éxito, ya que soplaba fuerte, la corriente de marea era peligrosa, pero antes de la noche llegamos a la parte protegida de la bahía Trefusis. Los hombres estuvieron remando desde las cinco de la mañana hasta las cuatro de la tarde, y, excepto dos descansos de un cuarto de hora cada uno, bogaron fuerte todo el tiempo. Llegamos a un lugar protegido, a media milla de la entrada de un canal que va desde la bahía Trefusis al seno Christmas. Nuestro cansancio y el estar empapados completamente, por la lluvia y el mar, poco nos importó, ya que habíamos logrado nuestro objetivo, y estábamos a sólo un día de boga del "Beagle".
"Había visto este canal desde el seno Christmas, como también desde el cerro Leading, y me alegraba de haber entrado en él, porque la costa exterior era muy peligrosa para un bote en cualquier época del año, y estábamos en el mes de marzo; el peor momento.
"30.- Una mañana despejada y clara. Comenzamos con el sol, y bogando avanzamos tan rápido en las aguas tranquilas, que por la noche llegamos a nuestro pequeño barco, y encontré que todo estaba bien a bordo, que no había habido más visitas de los fueguinos, ni ningún problema. El nuevo bote fue terminado el 23, apenas veinte días habían necesitado el Sr. May y tres hombres en su construcción. Su apariencia hablaba muy bien en su favor, a pesar de las desventajas bajo las cuales había sido construido. El teniente Kempe había terminado todo el trabajo del buque con su habitual rapidez: se habían puesto nuevos aparejos en los mastelerillos, y todo estaba preparado para hacernos a la mar. Me había sobrepasado en dos días sobre las provisiones llevadas, pero por el cuidado de mi timonel y el empleo de las lapas y otros mariscos, aún teníamos una cantidad suficiente.
"Habiendo visto tanto como era necesario de la costa entre seno Christmas y bahía Nassau (quiero decir necesario en proporción a nuestro tiempo limitado y las provisiones) los Ildefonsos y Diego Ramírez iban a ser nuestros próximos objetivos.
"31.- Un fuerte viento, con mucha lluvia, impidió que nos moviéramos temprano, pero a medida que el sol subía el tiempo mejoraba, por lo que tratamos de levar, pero nos atrasamos, porque la cadena se había enredado en una roca, que por casi una hora no pudimos moverla. Por fin lo conseguimos, sin dañar nada, dejamos el puerto y nos dirigimos a los Ildefonsos con fuerte viento del OSO y una mar confusa con altas olas.
"Puerto March (llamado así por haber estado todo el mes de marzo en él) no es tan bueno como pensé al principio. El fondo es sin duda excelente en algunas partes; está bien protegido y es de fácil acceso, pero hay muchos lugares rocosos que pueden dañar las espías. Además, hay una roca peligrosa, que no aflora en la parte ancha del puerto, oculta por un gran manchón de sargazos.
"Pasamos por el lado SO de las Ildefonsos, a la distancia de media milla. Parecían como si fueran las partes más altas de una montaña casi bajo el agua, en dirección NO y SE, casi rotas de través en varios lugares por el mar, y de esta manera se formaron varios islotes, de los cuales el más alto y más grande sobresale unos doscientos pies sobre el mar y tiene un tercio de milla de largo; otro es de aproximadamente un cuarto de milla de largo, el resto son simples rocas. Las dos más grande están cubiertas con tussac (una especie de junco), entre los que vimos numerosas focas que habían trepado hasta la cumbre misma. Después de haber visto lo suficiente de estos islotes, ceñimos y acortamos nuestras velas, preparándonos para la noche: porque teníamos un temporal, con todas las apariencias de aumentar tirando hacia el sur. Quería llegar a las islas Diego Ramírez la mañana siguiente y luego dirigirnos en dirección noreste y como el viento había moderado, podría haberlo hecho sin dificultad, pero después de haber navegado durante la noche a toda vela, hacia el sur, con tan poco como fuera posible hacia el este, me encontré, al amanecer de la mañana siguiente, cinco millas a sotavento de las islas mencionadas, con un temporal fuerte del NO y demasiado mar para permitirme siquiera tener la esperanza de ver más de ellas sin permanecer navegando hasta que el tiempo moderara. Esto no convenía a los cronómetros, o a nuestro tiempo limitado, por lo que viramos y gobernamos (por la carta de Weddell) en dirección a la parte occidental de las islas Hermite, con la intención de recorrerla desde el cabo West. El viento estuvo más moderado hacia el mediodía, pero el tiempo estaba tan brumoso que no se podía ver claramente ninguna parte de la tierra, y suponiendo que una punta de tierra que vi era el cabo Spencer, nos dirigimos directamente a él, como el día estaba llegando a su fin me obligó a renunciar a mi intención de navegar cerca de la costa. Acercándonos a tierra, me di cuenta que se parecía al lugar que había visto desde la isla Henderson, y que se suponía era el extremo SO de bahía Nassau, pero no correspondía a ninguna parte de las islas Hermite como lo mostraba el plano del capitán King. Se acercaba la noche, nubes cargadas de neblina nos impidieron ver más tierra, pero estando amparados por la costa, confiaba encontrar un fondeadero, y detenernos ahí.
"El viento aumentó y sopló con muy fuertes ráfagas desde tierra, que nos obligaron a navegar con pocas velas por varias millas a lo largo de la costa en aguas tranquilas, hasta que fondeamos en la entrada de una bahía, en trece brazas de agua, con un fondo de arena gruesa. Una punta baja sobresaliente nos protegió de la fuerza del viento que entonces soplaba, y la tierra de cada lado de todos los otros vientos del oeste, pero las ráfagas aumentaron tan violentamente en la primera parte de la noche, que aunque estábamos en aguas tranquilas, con ochenta brazas de cadena, los mastelerillos arriados y las gavias braceadas, el buque garreó, por lo que nos vimos obligados a fondear otra ancla, arriando bastante cable, lo cual nos mantuvo firme durante la noche.
"2.- Con la luz del día viramos el ancla de estribor, pero encontramos que una de sus uñas se había roto. Después de traer el ancla de respeto a proa, y la rota sobre la cubierta, viramos y zarpamos ciñendo en busca de un buen fondeadero. Cuando el tiempo mejoró por la mañana, había descubierto que estábamos en bahía Nassau, cerca de bahía Orange y que ese curioso promontorio puntiagudo que habíamos pasado era el Falso cabo de Hornos, el mismo que había visto desde la isla Henderson. Encontrando esto como un caso de investigar, decidí corregir el error y de inmediato nos pusimos a trabajar en esta zona, aplazando nuestra visita a las islas Hermite. Navegaciones cortas eran esenciales, debido a los cronómetros, y esta última había sido muy larga para ellos, con mucho movimiento, por lo tanto era necesario que pudiera obtener observaciones.
"Hacia el mediodía el tiempo mejoró y se presentó excelente, con una brisa del norte. Nos dirigimos hasta cerca del extremo norte de las islas Hermite, efectuando sondajes durante la travesía; pero la vista que obtuvimos de la parte superior de bahía Nassau, no nos dio esperanzas de encontrar aguas interiores o un canal, pues las montañas parecían continuar en una cadena ininterrumpida en dirección a isla Nueva, y desde la cofa vi otras altas montañas lejos hacia el este. En la tarde nos quedamos en una amplia bahía que tenía muy buen aspecto, bien protegida, con un fondo parejo entre doce y veinte brazas, de arena fina. Después encontré que esta era bahía Orange, y que la bahía en cuya punta sur habíamos fondeado la última noche era la que los holandeses llamaron, bahía Schapenham. Este era un lugar grande y espacioso, de fondo parejo, fondeamos con un ancla; pero el barómetro había estado cayendo mucho, y ahora estaba extremadamente bajo, que estimé prudente prepararnos para lo peor, y arriamos los masteleros
"Durante la última parte de nuestra estadía en seno Christmas, y hasta ahora, nuestra lista de enfermos había sido considerable, por lo tanto no lamenté estar en un fondeadero seguro y en un lugar que parecía apropiado para proporcionarnos los medios para recuperar a nuestros enfermos, devolviéndoles la salud. Resfríos y reumatismos, debidos a los inhóspitos vientos y la excesiva humedad, eran las principales enfermedades. Esta fue la única vez desde que el "Beagle" zarpó de Río de Janeiro que la lista de enfermos había sido digna de mencionar.
"A pesar de la caída inusual del barómetro y del simpiesómetro los que aún continuaban bajando, este día fue tan excelente y parecía probable que continuara así, como ningún otro día que hubiese visto, por lo que lo aprovechamos, obteniendo observaciones para la hora, la latitud y demarcaciones verdaderas, aireando las camas y haciendo una buena limpieza de todo el buque. Este parece ser un excelente lugar para los buques. La tierra alrededor es más bien baja, y parecía mucho más alegre que las altas y sombrías montañas bajo las cuales habíamos fondeado últimamente. Leña y agua eran abundantes y fáciles de obtener. Las aves salvajes eran numerosas, y nuestra gente trajo a bordo un abastecimiento utilizable, suficiente para todos los enfermos, y para la mayoría de los que estaban sanos.
"3.- y 4.- Todavía muy buen tiempo, aunque el barómetro y el simpiesómetro estaban más bajos de lo que nunca había visto en este país. Nuestros fueguinos estaban alegres, y al parecer contentos. Les dábamos el máximo de alimentos frescos (aves y peces) que podíamos obtener cazando y pescando, y hasta ahora les había ido muy bien. Todo lo cazado iba a un stock, que se repartía en forma rotatoria entre los distintos ranchos, a los enfermos se les daba primero, y luego a los fueguinos.
"5.- y 6.- Dos días más de buen tiempo, con un barómetro muy bajo, que hizo tambalear mi fé en la certeza del barómetro y del simpiesómetro (el mercurio del barómetro cayó a 28,94 y el aceite en el simpiesómetro a 28,52, el termómetro marcaba entre 40° y 48° Farenheit). Durante estos días, el viento había sido una leve brisa del NNO, y sólo dos veces antes había visto a estos instrumentos ser afectados del mismo modo y con exactamente similares condiciones de viento y tiempo: una vez en puerto Deseado, en la costa de la patagonia y una vez en puerto Gallant, mientras estuve en el seno Otway.
El oficial de navegación se dirigió hacia la parte superior de bahía Nassau, y el Sr. Stokes partió en dirección opuesta. El Sr. Murray tenía uno de nuestros mejores cronómetros, guardado en una caja, bien protegido en lana, pero expuesto a la temperatura del aire. Antes de partir y después de regresar, se mantuvo y controló en la misma caja sobre la cubierta, porque las variaciones de temperatura al aire libre en este clima son pequeñas, mucho menos que las que un cronómetro experimentaría si lo cambiaran de una camarote tibio a un bote frío. Lamenté constatar que unos fueguinos que llegaron no eran de la misma tribu que la de nuestros prisioneros, ni siquiera hablaban el mismo idioma. Por el contrario, parecía que existía mucha enemistad entre ellos, aunque su color, características y hábitos eran similares. Al principio York y Boat no quisieron acercarse a ellos, pero después se complacían en tratar de engañarlos con las cosas que les ofrecían como trueque, y se burlaban de su forma de hablar y reir, señalándolos, y llamándolos "yapoo, yapoo". Fuegia subió a cubierta, pero en cuanto los vio, gritó y salió corriendo. Alguien le dijo, en broma, que fuera a sus canoas a vivir con ellos, lo que la asustó mucho, se deshizo en lágrimas y corrió a esconderse abajo. Después que se fueron, Boat y York, nos dieron a entender que habían tenido peleas con esa tribu, y nos mostraron las cicatrices de las heridas recibidas de ellos. Con la ayuda de signos pudimos entender gran parte de su significado, porque muy pocas palabras se habían aprendido por cada lado. Después supimos que estos yapoos construían sus chozas de una manera diferente a las de las tribus del oeste, las hacen con varios palos, o pedazos de madera, colocados alrededor de un espacio pequeño, y unidos en su tope.
"Nuestros conocidos yapoos se instalaron en la bahía cerca de nuestra fragua, pero sin tratar de robar ninguna cosa. Frecuentemente venían hasta el costado del buque con pescado, que ellos atrapaban en las algas. Cogen estos peces mediante una cuerda sin anzuelo, que tiene sólo un pequeño cebo en su extremo, con el cual los tientan a que suban a la superficie del agua, cerca del costado de la canoa. El pez muerde y antes que pueda desprender de sus pequeños dientes la suave, dura carnada. La mano que sostiene la cuerda con tirones mantiene la carnada sobre el agua y con la otra lo atrapa. El pescador muerde un pedazo grande del vientre, le saca los interiores, y cuelga el pescado en un palo que está cerca del fuego en la canoa.
"10.- Todavía tiempo bueno y estable, a pesar de la caída inusualmente baja del barómetro ya mencionada.
"12.- Con la ayuda del Sr. May, en la forja, hicimos una buena ancla con las dos rotas, y colocamos nuevas planchas en los escobenes donde se habían gastado, por el constante trabajo de las cadenas. Afortunadamente, habíamos traído de San Carlos una buena cantidad de hierro y carbón y dejado este último sólo para el uso del armero y las cocinas pequeñas, lo que nos permitió usar la fragua muy a menudo, porque entre las necesidades del buque y de los botes, siempre había mucho trabajo para el más útil de los accesorios.
"Los barómetros habían por fin comenzado a subir; y durante la noche pasada y el día de hoy, el viento era muy fuerte con mucha lluvia. El viento cambió de la cuarta del norte a la del sur, rolando por el SE, lo que, por supuesto, haría que el mercurio subiera mucho después de haber estado tan bajo, por lo que pensé que el tiempo podría ser extremadamente malo.
"14.- El oficial de navegación regresó y me sorprendió con la información que había pasado a través y mucho más allá de bahía Nassau. Había ido muy poco hacia el norte, pero una larga distancia hacia el este, habiendo pasado por un canalizo estrecho, de alrededor de un tercio de milla de ancho, que lo llevó a un canal recto, de aproximadamente dos millas o más de ancho y que se extendía casi de este a oeste, hasta donde alcanzaba la vista. Hacia el oeste del canalizo por el cual entró, había una abertura hacia el noroeste, pero como sus órdenes especificaban dirigirse al norte y al este, siguió la rama oriental del canal, buscando una abertura en cualquiera de los dos lados, sin encontrarla. En el lado norte había una cadena de montañas, cuyas cumbres estaban cubiertas de nieve, que se extendía unas cuarenta millas, que después se convertían en cerros comunes que, cerca del lugar al que llegó, terminaban en unos acantilados de tierra o arcilla hacia el agua. Desde los acantilados de arcilla su vista no fue interrumpida por ninguna tierra en dirección ESE, por lo tanto él debió haber estado mirando el comienzo del mar exterior. Como sus provisiones estaban casi agotadas, se apresuró en regresar.
"En el lado sur del canal también habían montañas, de altura considerable; pero, hablando generalmente, esta costa era más baja que la opuesta. El Sr. Murray vio gran número de nativos cerca del canalizo estrecho y más de un centenar de canoas fueron vistas en un día, cada una transportando dos a seis personas. Estos fueguinos tenían muchas pieles de guanacos y los huesos de este animal los convertían en puntas de lanza, había muy pocas pieles de focas. Las chozas eran grandes y cómodas, en comparación con las de las tribus occidentales, eran construidas de pequeños árboles amontonados con sus extremos hacia arriba y amarrados por su parte superior, por su parte exterior estaban cubiertas con arbustos, pasto, etc. para mantener el frío fuera, y la tierra en el interior era excavada hasta muy por debajo de la superficie del terreno. Algunas podían contener cerca de dos veces más personas que las chozas occidentales, pero no todas eran tan grandes. Cada canoa que le dio alcance a nuestro bote, estaban ansiosos de ver los extranjeros y cambiar pescados pequeños, puntas de lanza o flechas, por botones, cuentas y otras chucherías. No vimos entre ellos armas de fuego ni ofensivas, excepto las lanzas para pescar, arcos, flechas y hondas, no tenían ni siquiera cachiporras, ni esas lanzas que usaban las tribus occidentales. Parecían ser más tratables y menos dispuestos a pelear como los del oeste. A donde fuera el bote, éramos seguidos por un tren de canoas, cada una llena de gente, siempre con una fogata en el medio. De dónde obtenían las pieles de guanaco era una pregunta difícil de responder. ¿Había un paso hacia el norte, por el cual ellos podían comerciar con las personas que vivían allí? ¿O había guanacos en la parte sur de Tierra del Fuego? Tanto los huesos como las pieles parecían abundantes, pero la gente le indicó por señas al Sr. Murray que estos venían del este, ninguno apuntó hacia el norte. Un nativo les mostró como corrían, su forma y como los mataban, también el tipo de ruido que hacían.
"15.- El Sr. Stokes regresó, después de haber recorrido un largo camino hacia el norte y el oeste, sin encontrar un paso hacia el seno Año Nuevo. Su reconocimiento, unido al del Sr. Murray, casi completaban la parte norte y oeste de bahía Nassau, y sólo nos quedaba la parte este por explorar. Nuestro fondeadero, llamado bahía Orange, es excelente, y uno de los pocos en esta costa apto para una escuadra de naves de línea. Su aproximación desde el mar es tan fácil como espacioso es el puerto. Hay tres brazas cerca de la orilla, sin embargo en ninguna parte hay más de veinte, y en todas partes su fondo es de arena. El agua es abundante, los bosques crecen cerca del mar, las aves silvestres son numerosas y aunque los mariscos son escasos, muchos peces pequeños pueden ser capturados con azuelo y una cuerda entre los sargazos y en el verano una red de cerco los proporcionará en abundancia.
"El día 16.- dejamos bahía Orange, pero el débil viento no nos permitió llegar al mar abierto ese día, o durante la noche siguiente. Como estaba igualmente dispuesto a navegar nuevamente a Diego Ramírez, mirar la costa del Falso cabo de Hornos por cerca de diez millas, o ir a la bahía San Francisco; pero el viento falló completamente. Durante la noche tuvimos una brisa que nos podría haber llevado al último lugar, pero como deseaba ver y tomar demarcaciones de la tierra cuando pasara, no continué hacia allá; y en la mañana estábamos detenidos por vientos suaves y una corriente que nos empujaba hacia el norte.
"17.- Durante la primera parte del día tuvimos brisas leves variables, apenas suficientes para ayudarnos en contra de la corriente que parecía tirar constantemente hacia dentro de la bahía, desde el mar, a razón de más o menos un nudo. La forma en que nuestros compases fueron afectados en esta bahía fue notable, todos extremadamente lentos, y a menos que se les sacudiera permanentemente, no mostraban la demarcación magnética correcta, o coincidir en conjunto, lo más cerca en dos puntos. Les afilé los centros con mucho cuidado, y examiné sus tapas de ágata, sin que mejoraran sus resultados. Estos compases considerados los mejores en otros lugares, aquí eran tan malos como los peores; uno excelente, basado en el principio de Alejandro, con suspensión central, era casi inútil. Al emplear los compases en tierra, los de rosas pesadas con grandes agujas habían sido menos afectados por la influencia local que los con livianas y delicadas rosas de Kater: los pesados tenían una variación promedio de 24° a lo largo de toda la costa, y los Kater diferían en algunos lugares tanto como 19° a 28°, casi coincidiendo unos con otros, pero no con los compases Gilbert o Alexander, ambos con rosas relativamente pesadas.
"Pasamos demasiado cerca del cabo West, pero afortunadamente una vez sobrepasado, navegamos a lo largo de la costa con una brisa suave, y rodeamos el cabo Spencer al atardecer. El tiempo estaba tan brumoso que no pudimos ver el cabo de Hornos, y confundimos al primero con el famoso cabo, especialmente, porque la vista, de la parte inferior del cabo Spencer parecía la cabeza de un rinoceronte de dos cuernos, pero al continuar acercándonos apareció el cabo de Hornos. El viento falló cuando entramos a la bahía San Francisco, lo que nos dio la alternativa de fondear en aguas profundas, o dejarnos arrastrar por la corriente: por lo tanto fondeamos afuera de la ensenada San Joaquín, cerca de la roca Seal. Pasamos una buena noche, así que nos quedamos tranquilos hasta la mañana siguiente, en que navegamos con una brisa del norte para fondear en caleta Saint Martin. Después fui en bote a la isla Hornos, para determinar la naturaleza del terreno, y ver si era posible llevar algunos instrumentos a la cumbre del cabo. Encontré muchos lugares en los que una embarcación podía acercarse y más de uno en el que podría vararse; por lo que llevar instrumentos hasta la cumbre no pareció ser una tarea muy difícil. Como el tiempo seguía siendo favorable volví a bordo esa noche, y a la mañana siguiente (19.-) organicé una visita al cabo de Hornos, habíamos preparado previamente un testimonio, el que envolvimos firmemente dentro de un recipiente de piedra. Después de haber tomado observaciones al mediodía para la latitud, partimos, llevando provisiones para cinco días, un buen cronómetro y otros instrumentos. Llegamos antes del anochecer, varamos nuestro bote en un lugar seguro en el lado noreste, y nos acomodamos para la noche en la isla Hornos.
"20.- Al amanecer, comenzamos nuestra caminata a través de la isla, cada uno con su carga, y cuando el sol estuvo lo suficientemente alto como para observar, ya estábamos cerca de la cima, y exactamente en su meridiano; así que nos detuvimos y tomé dos series de observaciones y una ronda de ángulos. Poco después llegamos al punto más alto del cabo, y de inmediato comenzamos nuestro trabajo, yo y mi timonel, con los instrumentos, y el teniente Kempe con la tripulación del bote levantando un montón de piedras sobre el testimonio.
"Al principio las islas Diego Ramírez fueron vistas, pero antes que pudiera instalar y ajustar el teodolito, el horizonte se obscureció. Al mediodía tomé una satisfactoria serie de alturas circummeriadianas con dos buenos sextantes. Una serie de ángulos, demarcaciones del compás para la variación y en la tarde buenas observaciones para la hora completaron nuestros éxitos. El montón hecho sobre el testimonio era de ocho pies de alto, y en el había piedras que requirieron el esfuerzo conjunto de los siete hombres para llevarlas hasta la cumbre. Brindamos a la salud de su majestad el rey Jorge Cuarto, y lanzamos tres fuertes saludos, de pie alrededor del Union Jack. Cuando todo hubo terminado nos dirigimos al bote lo más rápido posible, pero la obscuridad nos rodeó antes que estuviéramos a más de la mitad del camino. Los que llevaban carga que no se dañarían si caían sobre los matorrales, continuaron, pero, como tenía que cuidar el cronómetro y un sextante, esperé hasta que uno de los hombres regresó con una linterna. Todos llegamos a la embarcación antes de las nueve de la noche, sin perder o dañar ninguna cosa; pero el cargamento de piedras, para muestras, que cada uno había traído, retrasó nuestro regreso significativamente.
"A la luz del día (21.-) desvaramos y estibamos nuestro bote, y emprendimos el regreso. Llegamos al buque esa tarde, bien cargados con fragmentos del cabo de Hornos.
"22.- Desde fines de marzo, el tiempo había estado más estable y mucho más agradable de lo que habíamos tenido en cualquier parte de la costa; pero nuestra visita a la isla Hornos había sido justo a tiempo, ya que pronto cambió otra vez y comenzó a soplar y a llover. Estando cerca de la cabeza de la ensenada, no sentíamos los williwaws, aunque parecían soplar lo suficientemente fuerte cerca del medio de ella. No me asombraba que el americano, a quien conocimos en el estrecho de Magallanes, dijera que había visto 'señales de un establecimiento muy grande' en la cabeza de esta caleta pues parecía que había sido colonizada por los Chanticleer, ya que muchos restos de caminos de madera y casas de madera eran visibles por todas partes.
"23.- y 24.- Mal tiempo. Yo estaba esperando ansiosamente la oportunidad de tener una demarcación verdadera de Diego Ramírez, desde la cima del pico Kater o del cabo Spencer, para cruzarlas con las demarcaciones obtenidas desde la isla Henderson.
"25.- Subí a la cima del pico, pero encontré una neblina tan densa, que no se podía ver ningun objeto distante. Dejé los instrumentos en la parte superior, después de tomar unos pocos ángulos, y observar el sol para las demarcaciones verdaderas, bajé e inspeccioné la ensenada San Bernardo, pues parecía ser un buen puerto. Comparando las antiguas cartas de este lugar y bahía Nassau, me convencí que había habido un gran error, y que la bahía Nassau es, o mas bien era, la bahía de San Francisco y que el plano que figura en las cartas del almirantazgo es un dibujo muy bueno de su lado oeste, desde el Falso cabo hasta la isla Packsaddle, pero la parte inferior y el lado este de la bahía están colocados al azar, por lo que habría sido mejor dejarlos fuera para dar lugar a las palabras, 'Se ha visto tierra en esta dirección', sin forma, demarcaciones, distancias, o sondas, ya que el plano corresponde al lugar que ahora se llama bahía San Francisco; pero está bastante cerca, considerando la fecha en que fue hecho, con la parte que he mencionado. Las palabras cabo de Hornos deben haber inducido a error al compilador, como que el plano no muestra ninguna latitud o longitud y aquellos que desde entonces han visitado el lugar, anteriormente al arribo del "Beagle", no habían estado en bahía Nassau.
"26.- Otro buen día. Subí al pico de nuevo y obtuve los ángulos que deseaba, pero Diego Ramírez parecía casi tan lejano como cuando lo vi desde la parte superior de la isla Henderson. Mientras tanto el "Beagle" había largado amarras y se había puesto a navegar. Lo alcancé a la salida de la ensenada y se mantuvo hacia la mar; pero el día estaba demasiado excelente, hubo poco o casi nada de viento hasta el anochecer, cuando una brisa nos llevó fuera de la bahía. Goberné hacia las islas Diego Ramírez, ansioso de aprovechar el buen tiempo y examinarlas más de cerca.
"27.- La mar estaba tranquila, tuvimos una buena oportunidad de tomar ángulos para situar la costa entre el cabo West y el cabo Spencer, lo que completó lo que quería en esta parte; después, nuevamente gobernamos hacia Diego Ramírez.
"28.- Una buena mañana con una brisa, tal como deseábamos. Habiendo navegado ciñendo durante toda la noche, cambiamos rumbo, y , con la luz del día navegamos a lo largo del lado este de esta rocosa agrupación, el viento era del NE. Nos poníamos al pairo frecuentemente para tomar ángulos y sondar, y navegamos rodeando las islas a una distancia promedio de media milla, luego nos dirigimos hacia el norte. Son muy similares a las Ildefonsos, la parte superior de una cadena de cerros que se ven sobre el agua, rotas por la acción del mar. Las dos más grandes son de aproximadamente doscientos pies de altura, y están cubiertas con tussac: En una hay una playa de guijarros ( la segunda en tamaño), donde un bote podría vararse con seguridad, hay suficiente agua de buena calidad en el lado este de la misma isla para proveer a treinta hombres. Olas furiosas rompen contra la costa oeste, las que rocían toda la isla. No hay fondeadero abrigado para buques; por lo tanto estos tendrían que hacerlo en aguas profundas, en el lado oriental del grupo, por un corto tiempo, arriesgando aún asi la pérdida de su ancla. La menor profundidad encontrada fue de cincuenta brazas, aunque la carta de Weddell muestra que hay menos de cuarenta frente al extremo SE. El fuerte oleaje impidió mi desembarque, pero la apariencia de las rocas me inducen a suponer que son de jade. Si no son de esa naturaleza, y similares a la roca del cabo de Hornos, podrían ser de arenisca muy dura.
"29.- En este clima, durante los pocos intervalos de buen tiempo estable, el cielo frecuentemente se nubla pronto después de la puesta del sol, y cae una ligera lluvia. Esto lo noté frecuentemente aquí, así como anteriormente en los meses de abril, mayo y junio, en el estrecho.
"Nos dirigimos hacia la bahía que está entre el Falso cabo y seno Año Nuevo, pero no ofrecía nada tentador para un buque, había un caleta hacia sotavento, con rocas e islotes desparramados a lo largo de ella cercanos a la costa. Quizás hay refugio entre ellos para una nave; pero yo no escogería este vecindario, si lo pudiera evitar, porque la bahía está abierta a los vientos del SO, los que en estas costas son los peores. La brisa refrescó, y roló hacia el norte, permitiéndonos llegar al cabo Spencer en la noche, cuando, el tiempo prometía desmejorar, alegrándome de fondear en dieciocho brazas, en fondo de arena, frente a la entrada de la bahía San Joaquín.
"Esperando viento, arriamos los mastelerillos, amarramos las vergas y arriamos hasta ochenta brazas. Después de las ocho, el tiempo despejó y parecía probable que se mantuviera bueno, pero los barómetros continuaban cayendo. A las diez un repentino y fuerte chubasco vino sobre la tierra, y las cimas de los cerros se cubrieron con densas nubes. Siguieron sucesivas ráfagas furiosas; fondeamos una segunda ancla, y arriamos todo el cable en cada una. Los chubascos venían más violentos del SO y en media hora el banco de nubes desapareció, pero un temporal fuerte del SO continuó hasta el amanecer, cuando moderó. El cabo Spencer nos protegió muy bien, tanto del viento como del mar, si una nave quisiera entrar a caleta Saint Martin y el viento o la luz le fallan, encontraría este lugar muy conveniente para esperar.
"30.- El "Beagle" viró, comenzó a navegar, y se dirigió hacia el cabo de Hornos; al mediodía estaba cerca del famoso cabo, con un precioso y excelente tiempo, más parecido al clima de Madeira que el de latitud cincuenta y seis sur. Durante este día tuve excelentes oportunidades para tomar ángulos, demarcaciones, y sondar, los que espero sean suficientes para el lado sur y este de las islas Hermites. La noche siguiente continuamos hacia el norte, cerca de las islas Barnevelt, el tiempo era excelente y la luna brillaba intensamente.
"Mayo 1.- Un hermoso día - un primero de mayo verdadero -. Desembarqué en las islas Barnevelt, y tomé observaciones para la hora, la latitud, y demarcaciones verdaderas, además de una serie de ángulos, mientras el "Beagle" continuaba navegando lentamente hacia el norte, el viento era muy débil y variable. No hay lugares buenos para desembarcar en estas islas, pero como el agua estaba muy llana, pudimos desembarcar sobre una roca escarpada, en la que las olas no rompían mucho. Son dos islotes bajos, orientados norte a sur, cubiertos de pasto, tussac y malezas. La más grande tiene una longitud de aproximadamente media milla y un tercio de milla de ancho; la otra cerca de dos cables cuadrados de superficie. Varias rocas se encuentran frente al extremo sur, hacia los dos lados el este y el oeste; y una aflorada hacia las islas Hermite, casi en la mitad del canal, y ningun otro peligro era visible. Los ángulos tomados aquí, cruzados con los de bahía Orange, ubicaron a las islas Hermite más hacia el norte, aunque el detalle de su linea costera, norte, todavía tiene que ser determinado.
"2.- Tan buen día como el anterior. Estuvimos cerca de las Evout, un islote similar a las Barnevelt, pero bastante más alto. El tiempo permitió al Sr. Wilson continuar con sus croquis de la costa: pero en verdad, ninguna parte por la que habíamos navegado había sido omitido. En la tarde nos acercamos a la costa de isla Nueva, estuvimos mirando cuidadosamente las orillas y los bancos de arena, imaginándolos, porque la tierra parecía más baja, y el fondo de Nassau tenía sondas bajas, por lo que podíamos encontrar bancos separados de la costa. Aguas poco profundas encontramos ciertamente, comparadas con las que habíamos estado acostumbrados últimamente, es decir, de quince a veinte brazas, disminuyendo gradualmente a medida que nos acercábamos a la costa, pero nunca tuvimos menos de diez hasta que llegamos a un puerto por la noche. Aquí no pude encontrar parecido en absoluto a cualquier carta publicada, pero viendo un lugar detrás de algunos islotes bajos, que parecía proporcionar fondeadero protegido, nos dirigimos allí y a la puesta del sol fondeamos en un puerto bien protegido en el lado este de una isla grande, al oeste de isla Nueva. El mar disminuía gradualmente, sobre un fondo de arena fina; pero entramos muy adentro quedando con solo tres brazas después de haber fondeado, por lo que nos vimos obligados a cambiar de fondeadero.
"3.- El Sr. Murray se preparó para ir a lo largo de la costa hacia el cabo Buen Suceso, llevando uno de los cronómetros y otros instrumentos necesarios y provisiones para tres semanas. Partió en una ballenera con seis hombres, bien armados y equipados en todo sentido. Habiendo despachado al oficial de navegación, me preparé para una excursión hacia los canales interiores de esta parte de la Tierra del Fuego; mientras el Sr. Stokes, en otra embarcación, continuaría el levantamiento de la costa desde el lado oriental de la parte norte de bahía Nassau hasta las cercanías de isla Nueva; y el teniente Kempe cuidaría el buque, y dirigiría su reparación, además de hacer leña y aguada.










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